"Una de paisas"
Más de 360 inmigrantes
ilegales mexicanos por año hallan la muerte en el desierto
(LE MONDE)
UN muro de 3 200 km a lo largo de toda la frontera entre EE.UU. y México: tal sería la "barrera de seguridad" ideal para impedir la inmigración ilegal, afirman dos parlamentarios estadounidenses, miembros del Partido Republicano, quienes han depositado un proyecto de ley en ese sentido, el 4 de noviembre.
La voluntad de EE.UU. de controlar estrictamente sus fronteras meridionales ya costó la vida a miles de inmigrantes, originarios de México o de otros países latinoamericanos. Desde 1995, se ha descubierto, en las zonas desérticas, las cuales bordean la frontera, más de 3 600 cadáveres de inmigrantes, muertos antes de que hubieron podido cumplir sus sueños. Pero se estima que el verdadero número de víctimas sería dos o tres veces superior. "Es una tragedia mayor, escribe en el cotidiano Reforma el politólogo mexicano Sergio Aguayo, si se piensa que, durante los veintiocho años de la existencia del muro de Berlín, 192 alemanes murieron intentando de cruzarla".
Los consulados mexicanos se encargaron de repatriar los cuerpos de quienes pudieron ser identificados. Otros miles están sepultados en tumbas anónimas, como en Holtville, California, donde se cuentan 350, o también en fosas comunas de México, cuando no están, lo más a menudo, abandonados sin sepultas en el medio del desierto. Grupos tal como la Coalición para la defensa de los inmigrantes, basada en el estado mexicano de Baja California, piden la creación de un banco genético que permita a las familias identificar los desaparecidos y la repatriación gratuita de los cuerpos por las compañías de aviación mexicanas.
Ese flujo irreprimible de una mano de obra barata hacia el Norte no deja de ser un "buen negocio" para los dos países, los cuales tienen dificultades para conciliar intereses económicos, imperativos de seguridad y respeto de los derechos humanos. Si el proyecto de "muro" integral defendido por Duncan Hunter, representante de California, y por su homólogo Virgil Goode, de Virginia, tiene pocas posibilidades de ser aprobado, la presión sigue fuerte. El presidente George W. Bush ahorró 7,5 billones de dólares de su presupuesto del 2006 para "enfrentarse al grave problema de la inmigración ilegal". El secretario de la Seguridad Interior, Michael Chertoff, ha previsto el reclutamiento de 1 000 agentes suplementarios para vigilar las fronteras junto a Canadá, y sobre todo junto al México. Según el cotidiano Washington Times del 4 de noviembre, legisladores republicanos preparan otro proyecto de ley, en vista de acabar con "el derecho del suelo", que forma parte de la Constitución americana, la cual garantiza la ciudadanía a cualquier niño nacido en EE.UU.
"TRAGEDIA HUMANITARIA"
Esta política de patrullas de clausura, llevada por los EE.UU. por muchos refuerzos de patrullas armadas y de barreras eléctricas, es "un fracaso" que más que todos dio lugar a "una tragedia humanitaria", afirma el cotidiano mexicano Reforma.
La administración norteamericana la usa desde octubre de 1994, año de la entrada en vigor del Acuerdo de libre intercambio norteamericano (Alena) firmado por Canadá, los EE.UU. y México, del cual se esperaba que iba a ralentizar la tendencia a la emigración de las poblaciones del Sur. Ese cálculo era equivocado, como lo subrayó el buscador californiano, Wayne Cornelius, de la universidad de San Diego, en una entrevista divulgada por el canal de televisión CBS: "En EE.UU. se ha menospreciado la mano de obra, mientras que en el México se ha sobrevalorado a la vez el número de empleos que iba a crear el libre intercambio y menospreciado el número de empleos perdidos a causa de la concurrencia de los productos importados de EE.UU."
A pesar todos los obstáculos, 300 000 mexicanos logran cada año emigrar a los EE.UU., y la economía estadounidense sigue aprovechándose de esos millones de trabajadores poco exigentes, como lo demuestra el laxismo de la administración hacia las empresas que contratan extranjeros en situación irregular. De su lado, México se aprovechó de los traspasos de divisa efectuados por los emigrantes: 20 billones de dólares en el 2005.
ilegales mexicanos por año hallan la muerte en el desierto
(LE MONDE)
UN muro de 3 200 km a lo largo de toda la frontera entre EE.UU. y México: tal sería la "barrera de seguridad" ideal para impedir la inmigración ilegal, afirman dos parlamentarios estadounidenses, miembros del Partido Republicano, quienes han depositado un proyecto de ley en ese sentido, el 4 de noviembre.
La voluntad de EE.UU. de controlar estrictamente sus fronteras meridionales ya costó la vida a miles de inmigrantes, originarios de México o de otros países latinoamericanos. Desde 1995, se ha descubierto, en las zonas desérticas, las cuales bordean la frontera, más de 3 600 cadáveres de inmigrantes, muertos antes de que hubieron podido cumplir sus sueños. Pero se estima que el verdadero número de víctimas sería dos o tres veces superior. "Es una tragedia mayor, escribe en el cotidiano Reforma el politólogo mexicano Sergio Aguayo, si se piensa que, durante los veintiocho años de la existencia del muro de Berlín, 192 alemanes murieron intentando de cruzarla".
Los consulados mexicanos se encargaron de repatriar los cuerpos de quienes pudieron ser identificados. Otros miles están sepultados en tumbas anónimas, como en Holtville, California, donde se cuentan 350, o también en fosas comunas de México, cuando no están, lo más a menudo, abandonados sin sepultas en el medio del desierto. Grupos tal como la Coalición para la defensa de los inmigrantes, basada en el estado mexicano de Baja California, piden la creación de un banco genético que permita a las familias identificar los desaparecidos y la repatriación gratuita de los cuerpos por las compañías de aviación mexicanas.
Ese flujo irreprimible de una mano de obra barata hacia el Norte no deja de ser un "buen negocio" para los dos países, los cuales tienen dificultades para conciliar intereses económicos, imperativos de seguridad y respeto de los derechos humanos. Si el proyecto de "muro" integral defendido por Duncan Hunter, representante de California, y por su homólogo Virgil Goode, de Virginia, tiene pocas posibilidades de ser aprobado, la presión sigue fuerte. El presidente George W. Bush ahorró 7,5 billones de dólares de su presupuesto del 2006 para "enfrentarse al grave problema de la inmigración ilegal". El secretario de la Seguridad Interior, Michael Chertoff, ha previsto el reclutamiento de 1 000 agentes suplementarios para vigilar las fronteras junto a Canadá, y sobre todo junto al México. Según el cotidiano Washington Times del 4 de noviembre, legisladores republicanos preparan otro proyecto de ley, en vista de acabar con "el derecho del suelo", que forma parte de la Constitución americana, la cual garantiza la ciudadanía a cualquier niño nacido en EE.UU.
"TRAGEDIA HUMANITARIA"
Esta política de patrullas de clausura, llevada por los EE.UU. por muchos refuerzos de patrullas armadas y de barreras eléctricas, es "un fracaso" que más que todos dio lugar a "una tragedia humanitaria", afirma el cotidiano mexicano Reforma.
La administración norteamericana la usa desde octubre de 1994, año de la entrada en vigor del Acuerdo de libre intercambio norteamericano (Alena) firmado por Canadá, los EE.UU. y México, del cual se esperaba que iba a ralentizar la tendencia a la emigración de las poblaciones del Sur. Ese cálculo era equivocado, como lo subrayó el buscador californiano, Wayne Cornelius, de la universidad de San Diego, en una entrevista divulgada por el canal de televisión CBS: "En EE.UU. se ha menospreciado la mano de obra, mientras que en el México se ha sobrevalorado a la vez el número de empleos que iba a crear el libre intercambio y menospreciado el número de empleos perdidos a causa de la concurrencia de los productos importados de EE.UU."
A pesar todos los obstáculos, 300 000 mexicanos logran cada año emigrar a los EE.UU., y la economía estadounidense sigue aprovechándose de esos millones de trabajadores poco exigentes, como lo demuestra el laxismo de la administración hacia las empresas que contratan extranjeros en situación irregular. De su lado, México se aprovechó de los traspasos de divisa efectuados por los emigrantes: 20 billones de dólares en el 2005.
posted by edy at 11:33 AM
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